Se acerca principio de mes y dentro de poco es la reunión en tu comunidad de vecinos. En el orden del día ves que hay un punto nuevo: “Proyecto de adaptación y accesibilidad en el zaguán”. Y te preguntas ¿Una obra? ¿Para qué? En Acceso Sin Límites pensamos que la accesibilidad significa mucho más que quitar los escalones de tu edificio. Significa mejorar la vida de las personas.
Pero primero nos tenemos que ir al pasado, concretamente nos tenemos que remontar al año 2006. En estas fechas se firmó un acuerdo en las Naciones Unidas. Nada más, ni nada menos que en la Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. En esta convención se firmó un documento de carácter internacional con el objetivo de garantizar la no discriminación de las personas con discapacidad. Posteriormente, este acuerdo fue ratificado por España en 2008 y adaptado a nuestro ordenamiento jurídico bajo el Real Decreto Legislativo 1/2013 del 29 de noviembre y recogido en el Código Técnico de la Edificación.
Por si no lo sabías, la accesibilidad o accesibilidad universal es la característica que deben de tener los entornos, procesos, productos, herramientas, bienes… Para que sean utilizables de forma cómoda, segura y autónoma por todas las personas. Tal y como recoge la COCEMFE, la accesibilidad universal es un concepto global que no excluye a ninguna persona. Porque lo que busca es mejorar la vida de todos.
Y aquí, las comunidades de propietarios juegan un papel vital en esa mejora de la vida de las personas.

Aproximadamente, solo el 0,6% de las viviendas de nuestro país cumplen con los criterios de accesibilidad establecidos en la normativa vigente. Ante esta situación, es natural que cada día más comunidades de propietarios se planteen una obra de accesibilidad en su zaguán para hacerlo accesible. Esto es un gran avance porque gracias a las actuaciones de cota cero y a las instalaciones de ascensores las comunidades de propietarios se modernizan y se convierten en entornos más amigables para sus propietarios.
Esta accesibilidad favorece que las personas hagan su día a día sin barreras, sin discriminación. Entrando y saliendo de sus hogares sin riesgo de caída y sin obstáculos. En definitiva, mejorando nuestra vida y la de todos nuestros vecinos.
El primer paso para eliminar las barreras arquitectónicas es identificarlas y ser conscientes de que nos ponen la vida más difícil. Deja de engañarte a ti mismo y plántale cara a esos molestos escalones. Y recuerda, que el segundo paso es contar con el asesoramiento y las garantías que ofrece una empresa especialista para eliminar esas barreras arquitectónicas.