La subida de los precios de la construcción es algo que está en boca de todos. Y lejos de ser un fenómeno aislado de nuestro sector es algo generalizado de toda la economía. Si algo nos define como empresa y como personas es la predisposición que tenemos de hablar con nuestros clientes y la transparencia en nuestras relaciones profesionales. Por ello os vamos a contar qué está sucediendo a día de hoy en el mercado y por qué nos vemos obligados a actualizar nuestras cotizaciones por el acusado incremento de precios en la construcción.
El mercado es ese lugar donde acudimos como consumidores en busca de que alguna empresa satisfaga nuestras necesidades. ¿Quieres ver esa nueva serie que está ganando popularidad? Acudes a Netflix, HBO o Prime Video ¿Necesitas una reforma de zaguán para garantizar la accesibilidad? Puedes acudir a una empresa especialista como la nuestra o a cualquier otra del mercado. Y, a su vez, nosotros acudimos a nuestros proveedores para adquirir los materiales. Como veis en el mercado estamos todos, y todos recurrimos a él cuando lo necesitamos.
A grosso modo, se podría decir que, hasta el año 2019, vivíamos en una relativa estabilidad. Sin embargo, la situación actual ha cambiado drásticamente y actualmente vivimos en un entorno volátil donde no paramos de sufrir una subida de los precios y experimentar como los pedidos no llegan a tiempo ¿La respuesta? Por desgracia no hay una sola, pero este incremento de los precios se está produciendo de forma general.
COVID-19
El COVID-19 trajo consigo la paralización del mundo. Empresas cerradas, gente teletrabajando, en ERTE o sin empleo. En definitiva, un parón enorme que deriva del parón en China.
Como apuntan desde Deloitte, con la paralización de la industria de una de las mayores economías exportadoras del mundo se produjo un efecto contagio al resto de países paralizando y haciendo peligrar las cadenas de suministro de más de medio mundo. Con el impacto que esto tiene en empresas y consumidores (Deloitte, 2021).
CADENA DE SUMINISTRO
Estrechamente relacionado con el punto anterior. Tras la paralización del mundo se vivió una congestión en la cadena de suministro y en la logística a nivel mundial. Aun confinados hemos continuado consumiendo. Y las empresas de logística no han dado y no dan abasto. En la otra cara de la moneda las empresas hacen malabares para asegurar su producción y poder enviar así sus productos a los clientes con unos costes por envío que se han triplicado. Por ejemplo, recibir las instalaciones para vuestro zaguán se puede demorar hasta en 69,8 días más de lo habitual. Y los materiales desde 60 hasta 79,8 días extra(El Confidencial, 2021).
MÁS DEMANDA
Durante la pandemia hemos visto como nuestras casas se han transformado de un lugar de paso a un refugio donde hemos vivido y trabajado.
Este tiempo de más en casa nos ha motivado lo suficiente como para darnos cuenta que hay que cambiar ventanas, puertas y que incluso ¿Por qué no? Reformar toda la casa. Este aumento de las reformas en nuestro país ha coincidido (Información, 2021) con un momento de escasez de materias primas (Ideal, 2021). La madera, el acero, aluminio, cobre… Todos están escaseando mientras que la demanda no deja de hacerlo. Las empresas estamos en alarma por la subida de precios en la construcción.

Tal y como habéis podido ver estamos en un horizonte incierto en el que el mercado no deja de cambiar y es muy inestable. Y, por el momento, hay previsiones que vaya a dejar de hacerlo para los próximos meses. Estos cambios en el entorno macroecomico nos afectan a todos y provocan un inevitable aumento de los costes y una subida de los precios en la construcción. Como hace visible la European Construction Industry en una carta a la Comisión Europea (FIEC, 2021). El hierro ha subido un 64%, la madera lo ha hecho un 20%, el cemento un 10% y los plásticos 40%, el cobre un 63%. Y estos son solo algunos de los ejemplos que os aportamos.
